Ya se terminan mis vacaciones. Vacaciones como resultado de un semestre ya terminado.
Semestre terminado con tremendas bajas para mi ejército. Ejército cuyo regimiento está constituido de calificaciones. Calificaciones caídas en el cumplimiento del deber, caídas por salvar otra materias. Y así...
Significa que... reprobé materias. Varias. Tres, para ser exacto. Una la reprobé por güey, una por exceso de trabajo y otra por la mismas dos razones anteriores.
Y considérese esto muy grave puesto que en mi historia académica, desde mis inicios en el kinder hasta la actual segunda licenciatura, sólo había tenido una materia reprobada. Aquella, primer clase reprobada por mí, pero que la verdad no fue mi culpa: el maestro estaba loco.
En esta ocasión, sí, las tres, son obra y gracia de mi culpa. Mi necedad de poner maestros buenos, para aprender; necedad cuya consecuencia irremediablemente significa mucha muchísima tarea. Y tarea tuve. Para atascarme. Pa' aventar pa' arriba.
Reprobado pues, terminé mi semestre. Con 3 números 5 que remontar. Números reprobatorios que pueden revertirse con un examen extraordinario. Exámenes a los que por supuesto me inscribí. Pero... que no presenté. ¿Y eso? Uno porque no podía, trabajé en esa fecha; el segundo porque era muy temprano, y se me pegaron las sábanas; el tercero... porque me dio flojera.
Que no panda el cúnico, aún hay esperanzas; hay infinitas y continuas rondas de extraordinarios que podré presentar en lo sucesivo. Son como el arca de Noé con ruta continua programada (arca de Noé por aquello de que es la salvación de los animales). Juro que la próxima ronda sí los presento. Ya no estaré en vacaciones. Y si Dios quiere ya no tendré tanta flojera.
Ahora bien, mi orgullo quedó herido, pero lo puedo soportar; mi récord académico quedará marcado por siempre, lo puedo soportar; perdí 50 centavos por los extraordinarios que inscribí y no presenté, sobreviviré a ello; lo que sí me va a doler en el alma es que voy a perder la beca que tenía. La bonita y gloriosa beca que tanto trabajo me costó conseguir... YA VALIÓ MOUSER!!!
Ergo, seré más pobre. Desbecado. Pobre y reprobadote. Por burro.

P.D. Si pudiera existir algún lado positivo de ver esto podría ser que, dado que ya reprobé una vez, dado que ya no puedo aspirar a becas, puedo relajarme un poco más. Incluso dedicar más tiempo al trabajo (si lo consigo) ya sin tanta presión por la escuela; total, que más da reprobar unas cuantas veces más.
3 comentarios:
Entonces que sentido tiene estudiar una segunda carrera solo para reprobar...
Asi solo consegiras ir arrastando materias a lo largo y es muy pesado y estresante, sobre todo si se trata de materias seriadas.
Ni modo, hechale ganas al siguiente semestre, suele pasar, como has estado?, saludos
Hola, si me gustó. QUE PASES FELIZ, AL PROXIMO AÑO.
Publicar un comentario